La miopía progresiva es un problema visual cada vez más común en la infancia y adolescencia. Se caracteriza por un aumento continuo y acelerado de la miopía, lo que afecta la capacidad del niño para ver con claridad los objetos lejanos. Si no se detecta y trata a tiempo, puede tener un impacto importante en su desarrollo visual, rendimiento escolar y calidad de vida.
Detectar la miopía desde edades tempranas es clave para frenar su avance y proteger la salud ocular de los más pequeños. La buena noticia es que hoy en día existen métodos eficaces para controlar su progresión y garantizar un futuro visual más saludable.
¿Qué es la miopía progresiva?
La miopía progresiva se diferencia de la miopía simple por su evolución constante. Mientras que la miopía simple suele estabilizarse durante la adolescencia, la progresiva continúa aumentando año tras año, especialmente durante la etapa de crecimiento.
Este avance puede provocar que el niño necesite cambios frecuentes de graduación y, en los casos más severos, aumentar el riesgo de desarrollar problemas oculares más serios en la edad adulta, como desprendimiento de retina o glaucoma.
Causas y factores que aceleran la miopía progresiva
Diversos estudios han identificado factores que pueden influir en la aparición y progresión de la miopía en niños. Entre los más relevantes se encuentran:
- Genética: si uno o ambos padres son miopes, hay mayor probabilidad de que el hijo lo sea también.
- Exceso de tiempo frente a pantallas: tablets, móviles y ordenadores exigen un esfuerzo visual constante en visión cercana.
- Falta de tiempo al aire libre: la luz natural y el enfoque a larga distancia ayudan a prevenir el avance de la miopía.
La combinación de estos factores en la vida cotidiana moderna está provocando un incremento global de casos de miopía progresiva infantil.
Métodos de control de la miopía progresiva
Hoy en día, existen soluciones seguras y eficaces para ayudar a ralentizar o frenar el avance de la miopía en niños. Los métodos más recomendados incluyen:
- Lentes de contacto especiales: como las lentes blandas multifocales o de desenfoque periférico, diseñadas para controlar la progresión miópica.
- Orto-K (Ortoqueratología): lentes de contacto que se usan durante la noche para moldear la córnea y corregir la visión durante el día sin necesidad de gafas.
- Gafas de control de miopía: como las lentes DIMS o H.A.L.T., que combinan visión clara con desenfoque periférico para frenar el crecimiento axial del ojo.
- Terapia visual: en algunos casos, se emplean ejercicios visuales personalizados para mejorar habilidades visuales y reducir el estrés ocular.
Cada caso es único, por lo que es fundamental contar con una evaluación profesional para elegir el tratamiento más adecuado.
La importancia de las revisiones periódicas
Una revisión visual completa y periódica es la mejor herramienta para detectar la miopía a tiempo y tomar decisiones tempranas. Se recomienda:
- Realizar una revisión anual a partir de los 4-5 años, o antes si hay antecedentes familiares de miopía.
- Observar signos como entrecerrar los ojos, acercarse mucho a los libros o pantallas, o quejarse de visión borrosa.
- Seguir el ritmo de crecimiento visual con controles cada 6 a 12 meses si ya se ha detectado miopía.
La intervención precoz puede marcar una gran diferencia en el futuro visual de tu hijo.
La miopía progresiva no es solo una cuestión de graduación: es un problema visual que puede limitar el desarrollo de tu hijo si no se trata adecuadamente. Afortunadamente, existen hoy soluciones eficaces para ralentizar su avance y garantizar una mejor salud ocular a largo plazo.
En Claravisión Las Palmas, contamos con profesionales especializados y tecnología de vanguardia para evaluar, diagnosticar y tratar la miopía infantil de forma personalizada.
¿Notas que tu hijo ve mal de lejos o necesita cambiar de gafas con frecuencia? Pide cita para una revisión visual con nosotros y toma el control del desarrollo visual de tu hijo desde hoy